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LA MISTERIOSA MANSION WINCHESTER

La viuda de Samuel Winchester, el inventor del rifle de repetición, mandó levantar una casa que se estuvo construyendo durante 38 años sin parar hasta que el momento de su muerte, falleció con 82 años. Convencida por un medium de la época de que podía evitar que los muertos por los rifles Winchester la visitaran buscando venganza en vida. Desde ese momento en su casa no cesaban los ruidos de martillos, empleó durante años una legión de constructores, carpinteros y decoradores en un proyecto sin fin.Actualmente está convertida en una especie de parque temático: Winchester Mystery House.La casa norteamericana más embrujada, la Misteriosa Mansión Winchester, tiene 4 pisos, 467 entradas, 47 chimeneas y 2 espejos.-Después de la muerte del heredero de la Winchester Arms Company, su viuda Sarah descubrió que estaba bajo una maldición. Esto se debía a las armas creadas por la empresa familiar, que habían causado la muerte a miles de personas y estaban buscando su venganza.Ella creyó que su única oportunidad para vivir una vida normal era la de construir una casa de forma permanente. Si la casa nunca se terminaba, ningún fantasma podría instalarse en ella. La casa contiene muchas características utilizadas para atrapar o confundir a los espíritus. Hay puertas pequeñas o que no conducen a ninguna parte, y ventanas que miran adentro de otras partes de la casa. Aunque la mansión sea enorme, hay sólo dos espejos en el lugar. Esto se debe a que Sarah creía que los fantasmas temían a su propio reflejo.Luego de dirigir la continua construcción de la mansión durante 39 años, Sarah falleció mientras dormía a la edad de 82 años. Muchos acontecimientos extraños han ocurrido a través de los años y siguen reportándose actualmente. Los psíquicos han visitado la casa y creen que muchos espíritus deambulan por ella, ¡junto con el fantasma de Sarah Winchester!
                                                   
Han habido muchos encuentros y sucesos inusuales incluyendo pasos, portazos, voces extrañas y las famosas manchas frías. Es una de las casas más raras, sino embrujadas, de Norteamérica.Lugar raro si los hay, la Casa Winchester es una de las principales curiosidades de una parte de California que habitualmente queda de paso hacia San Francisco. Winchester Mystery House es su nombre oficial y quien piense que lo del misterio es sólo un argumento turístico para atraer visitantes hacia la ciudad de San José, sin duda está equivocado.Hay pocos sitios tan raros como esta mansión de estilo victoriano, en una esquina anodina de esta típica ciudad norteamericana, de calles anchas y ambiente tranquilo. Sin embargo, las sorpresas se suceden apenas cruzar el umbral. Así que, por las dudas, conviene tomar en serio la primera recomendación de los guías (la casa Winchester sólo se puede visitar acompañado): no desviarse nunca del recorrido propuesto porque nadie puede garantizar que el visitante perdido sea encontrado nuevamente.Atraviese sus 160 habitaciones y enfréntese cara a cara con los misterios y fenómenos extraños que dieron a la mansión su nombre; una ventana construida en el interior del piso, escaleras que conducen a ninguna parte, una chimenea que se alza cuatro pisos, puertas que al abrirse sólo dejan ver una pared en blanco, los pilares al revés. Nadie a podido dar explicación a los misterios que todavía ahora existen dentro de la mansión de Winchester. Sarah Winchester invertió su herencia de más de 20.000.000 millones de dólares para construir la casa, su única obsesión, y así conseguir la paz eterna y apaciguar a los espiritus.
                                                   
Una visita a la casa del misterio de Winchester no es una visita completa hasta que ha dado un paseo por los hermosos jardines victorianos que la rodean. Sarah Winchester se tomo muchas molestias para que estuviera perfecto y tuvo a ocho jardineros a jornada completa cuidando de todos y cada uno de los árboles, plantas y flores importados de todas las partes del mundo. Se encontrará cara a cara con grandes estatuas mitológicas y animales como ciervos, cisnes, reptiles y varias especies más. La obsesión de la señora Winchester por lo sobrenatural se hace bien visible en los jardines.Pero también se puede visitar la gran colección de rifles y el más famoso de la historia, incluyendo el rifle de repetición que Oliver Winchester adaptó y mejoró en el año 1866El museo ahora exhibe artículos producidos en los años 20, ofrece al visitante la posibilidad de observar la colección de cuchillos Winchester, linternas, carruajes, y utensilios antiguos de la época.Si tu objetivo es toparte ante lo sobrenatural no puedes dejar de visitar uno de los lugares más misteriosos de la historia, un lugar donde deambula la esencia de los espíritus, que según la viuda de Winchester están buscando venganza por haber sido víctimas de los míticos rifles del oeste.Qué castigoPara entender algo de esta casa, hay que conocer la historia de su dueña, Sarah Winchester, que dedicó 38 años a hacer y deshacer habitaciones, puertas, escaleras y techos. Aunque la casa sufrió algunos daños serios en el terremoto de San Francisco de 1906, fue restaurada y hoy se pueden conocer las habitaciones y sectores principales, en visitas de una o dos horas.Sarah, entonces una joven belleza de Connecticut, se había casado en 1862 con William Winchester, el heredero de la famosa fábrica de rifles a repetición que fue uno de los pilares de la conquista del oeste norteamericano. Cuando todo parecía encaminado -un matrimonio bien avenido en la alta sociedad de la Costa Este, una fortuna consolidada, un futuro brillante-, Sarah sufrió dos golpes de los que nunca se recuperaría: la muerte prematura de su hija Annie y, años después, la de su marido. Probablemente aparecieron allí las primeras señales de un desequilibrio que dictaría su rara conducta respecto de la casa. 
                                              
Sin poder encontrar una razón natural para su tragedia, la buscó en lo sobrenatural. Y aconsejada por una médium de Boston, según la cual la pobre mujer estaba pagando las culpas de los Winchester, acosada por una legión de indios y soldados muertos por las balas de los rifles durante la conquista del Oeste y la Guerra de Secesión, decidió mudarse y hacer todo lo necesario para calmar a los espíritus malignos.Si les construía una casa especial para ellos, estaría a salvo mientras duraran las obras. En caso contrario, según la médium, sería la siguiente víctima de la lista. Cuánto de superstición y cuánto de desequilibrio había en Sarah Winchester, es difícil medirlo. Pero con su mudanza a una granja de ocho habitaciones en San José comenzó la leyenda de la Winchester Mystery House.Sarah murió en 1922. Entonces la casa, que había llegado a tener entre 500 y 600 habitaciones, tenía 160 cuartos, con 2000 puertas, 10.000 ventanas, 47 hogares, 47 escaleras, 13 baños y 6 cocinas.La habitación donde dormía Sarah WinchesterSe dice que ya anciana, pero siempre con una memoria prodigiosa, podía recitar uno a uno los objetos de cada habitación. Pero no es eso lo más curioso, sino una serie de rarezas en la construcción que nunca pudieron ser bien explicadas. Hay escaleras en forma de Y, escaleras con numerosos escalones, pero de pocos centímetros de altura cada uno, y escaleras que llevan a la nada.A través de las paredesTambién aparece durante el recorrido una notable obsesión con el número 13: hay 13 baños (al decimotercero se llega subiendo 13 escalones, y cuenta con 13 ventanas), todas las rejillas de desagüe tienen 13 agujeros, muchas ventanas están compuestas por 13 paneles, el pavimento de la entrada está dividido en 13 sectores, y en el dormitorio de Sarah hay un armario con 13 ganchos donde se colgaban 13 vestidos. Los que usaba durante sus sesiones de espiritismo. La lista de otros 13 es larga: 13 cúpulas de cristal, escaleras de 13 escalones, 13 partes en el testamento de la dueña de la casa, que fue firmado 13 veces.Más allá de las curiosidades y supersticiones, la casa es un tesoro histórico de decoración y arquitectura, por muchos dolores de cabeza que probablemente le haya costado al arquitecto encargado de seguir los caprichos de Sarah. De los pisos de marquetería, que llevaron 33 años de trabajo exclusivo de un artesano, a los remates de bronce, todo parece salido de la más curiosa tienda de antigüedades.Se dice que la mujer era capaz de pasar a través de las paredes, pero una revisión minuciosa de la casa permite descubrir que había varios escondites secretos para controlar el trabajo del personal sin ser vista: de ahí al don de la ubicuidad había un solo paso.Sara Winchester temía que los espíritus de las personas que habían muerto por las armas creadas por su esposo volvieran de la muerte a vengarse. Pero no hay datos de avistaje alguno de fantasmas, aunque la misma Sara se dedicara contínuamente a realizar sesiones espiritistas. Ella construyó la casa tan caprichosamente sólo para despistas a los posibles espíritus que vinieran a perturbarla. Pero más allá de ser una construcción interesante y retorcida, nada mas hay.Fuente: pasarmiedo.com

LA LEYENDA DEL MITICO MAPINGUARI

Su poderosa cola serviría como un tripode para estabilizarle al ponerse sobre sus cuartos traseros para alcanzar ramas. Mapinguari – El Perezoso Gigante Emite un olor nauseabundo y ha sido divisado por numerosos nativos y cazadores Con dos metros de altura y un abundante pelaje rojizo, el mapinguari se ha convertido en una leyenda de la selva brasileña. Aunque nunca se ha capturado un ejemplar, un ornitólogo estadounidense plantea que se trata de los últimos especimenes de un animal supuestamente extinto hace unos 10 mil años. En lo profundo de la selva del Amazonas, existe una leyenda que ha atemorizado a generaciones de nativos. Su protagonista es el mapinguari, una imponente criatura de dos metros, que vaga por el territorio emanando un olor nauseabundo y lanzando alaridos que hielan la sangre. Aun cuando nunca se ha capturado un ejemplar, los encuentros cercanos relatados por pobladores han despertado el interés de los científicos, quienes creen que se trata de algo más que un animal mítico. La criatura, cuyo nombre en idioma indígena significa “defensor de los bosques”, también ha sido avistada por cazadores que se aventuran en el Suroeste de Brasil. Muchos de estos testimonios llegaron a oídos de David Oren, un ornitólogo de la Universidad de Harvard (EE.UU.) que llegó a la zona en 1977 para estudiar las aves locales. Según contó el investigador a La Tercera, para él las historias no eran más que parte del folklore indígena. Hasta que a fines de los, 80, cuando realizaba una de sus investigaciones de campo, escuchó un terrible rugido que hizo huir a casi todos los que lo acompañaban: “Al escucharlo, quieres escapar. Aún hoy, el animal es avistado periódicamente y muchas personas piensan que se han topado cara a cara con el diablo”.

Búsqueda incesante

David Oren reside en Brasil y desde hace 15 años dirige la búsqueda de estos animales, convencido de que son los últimos ejemplares vivos del “perezoso gigante de tierra”. Esta especie se habría extinguido hace 10 mil años y sus fósiles han sido hallados desde la Patagonia hasta Estados Unidos, además de estar relacionada con los perezosos que pasan gran parte de su existencia en los árboles. El investigador, quien ahora trabaja para el grupo ecológico Conservación de la Naturaleza, explica que las descripciones del mapinguari revelan varios rasgos propios del perezoso gigante. Además de tener una estatura de dos metros, el cuerpo cubierto por abundante pelo rojizo y caminar alternativamente en dos o cuatro patas, Oren dice que “la criatura posee una poderosa dentadura y extremidades dotadas de grandes garras, para arrancar las ramas de las que se alimenta”. Su dieta se bararía en ramas y otras plantas. El experto explica que el fuerte hedor del animal -descrito como una mezcla de heces y carne podrida- sería un mecanismo de defensa y, agrega, que sus fuertes aullidos “son similares al grito de un humano, pero con un profundo gruñido al final”. El ornitólogo ha hallado docenas de huellas, pelos y excrementos cuyo origen no ha podido ser determinado por exámenes biológicos realizados en EE.UU. y Europa. Pese a ello, muchos de sus colegas ven esta historia como una fantasía similar a la del Monstruo del Lago Ness o Pie Grande. Sin embargo, Oren -cuyos estudios han aparecido en revistas científicas como Goeldiana Zoológica y Discover- señala que “es necesario que estas historias se conozcan para que cuando un cazador vuelva a dispararle a un mapinguari, los científicos puedan inspeccionar los restos”. Escepticismo y apoyo Paul Martin, profesor de Geociencias de la Universidad de Arizona (EE.UU.) y experto en la teoría de que los humanos acabaron con criaturas como el perezoso gigante, considera la misión de Oren como casi imposible: “Mi espíritu romántico lo alienta, mientras que la parte científica no le da oportunidad. Sin embargo, los humanos simpatizamos con estas grandes criaturas, así que todos sentiríamos la emoción de un descubrimiento como éste”. Una opinión más positiva es la de Claudio Padua, doctor en Ecología de la Universidad de Brasilia, quien señala que el Amazonas aún oculta miles de especies desconocidas y que sólo en la última década fueron descubiertas 10 nuevas razas de simios: “El mapinguari sería el hallazgo del siglo. Como científico, estoy preparado a aceptar que todo es posible hasta que haya prueba de lo contrario”. A diferencia de los pocos perezosos modernos, los ejemplares gigantes pasaban gran parte del tiempo en el suelo, eran herbívoros y para alcanzar las ramas más altas de los árboles podían alzarse en sus piernas traseras. Se cree que la desaparición de estos animales se debió a la cacería humana o a un brusco cambio climático. Según David Oren, la selva del Amazonas habría sido el escondite perfecto para la criatura: “No se trata de una búsqueda de dinosaurios extintos hace millones de años sino de la posibilidad cierta de hallar un representante muy raro de una fauna que abundaba aquí 10 mil años atrás”. El experto agrega que “hace sólo 27 años se supo que el pecarí del Chaco aún estaba vivo, mientras que los rinocerontes de Java fueron redescubiertos en Asia y dos nuevas clases de vacunos acaban de ser avistados en Vietnam. En la grandeza del Amazonas, el descubrimiento de un nuevo mamífero no puede ser considerado como improbable”.

LA MENTIRA DE LAS MAQUINAS DE ABYDO-EGIPTO

                                     

¿Quién fue Omm Seti? Para descubrir la verdad sobre las presuntas máquinas “imposibles” de Abydos, en Egipto, hay que hacer referencia aOmm Seti Dorothy L. Eady. Esta mujer fue una eminente arqueóloga que, según la leyenda, mostró una fascinación especial por el antiguo Egipto después de caerse, siendo niña, por la escalera de casa, en Londres, y recibir un fuerte golpe en la cabeza. Al final consiguió establecerse en la ciudad de Abydos, a orillas del Nilo, y cambió su nombre por el de Omm
Seti.

                                                      

Esta mujer (Londres 1904 – Abydos 1981) forjó su amor por Egipto en su niñez, cuando la sociedad británica se hallaba altamente influenciada por el naciente espiritismo. De hecho, Omm Seti cambió su nombre por creerse la reencarnación de la esposa de Seti I. Llegado el momento del boom extraterrestre, a partir de 1947, fue una gran defensora de esta posición, llegando a manifestar que su querido Seti I le había contado en sueños que civilizaciones extraterrestres ayudaron a construir el templo.Cartuchos de Abydos ¿Y qué podemos ver en un friso del templo de Abydos? Un tanque, un helicóptero, un submarino y un avión. Eso es lo que dicen ver los que no saben. Pero la famosa egiptóloga Omm Seti (pro-extraterrestre) jamás vio tal cosa. Ella, a pesar de sus ansias por lo maravilloso, sabía. Conocía la historia. Era consciente de que los faraones egipcios, en muchos casos, tendían a intentar borrar del mapa cualquier vestigio de su antecesor para resaltar en
mayor medida su propio reinado.

                                       

 De manera que (cualquiera que haya visitado Egipto lo habrá comprobado) encontramos multitud de jeroglíficos con los cartuchos de muchos faraones sobrescritos por otros posteriores. Incluso, Ramsés II, hijo de Seti I, adoptó la moda de profundizar entre 10 y 15 centímetros los grabados en la piedra para dificultar su eliminación, tal como él hizo con el cartucho de su padre.Friso de Abydos ¡Cuando se graba el cartucho de Ramsés II en Abydos sobre el cartucho de Seti I, se pueden “intuir” unas figuras “parecidas” a lo que hoy conocemos como un tanque, un helicóptero, un submarino y un avión! Hay que echarle imaginación, pero ciertamente se parecen. Ahora bien, ¿por qué a Omm Seti, tan alienada con los extraterrestres, nunca se le ocurrió relacionar esas figuras con la prueba de “máquinas imposibles”? Pues porque ella era arqueóloga, egiptóloga, -algo ida tal vez- pero lista. ¡Y conocía la historia de los cartuchos! Hoy todavía quedan algunos vendemisterios que siguen sin querer saber, porque la “verdad” de estos grabados les fastidia sus ganas de mantener sus sueños, o lo que es lo mismo, no quieren aprender, y eso es peor que la propia ignorancia.. FUENTE. http://misteriosaldescubierto.wordpress.com/

EL ENIGMATICO MANUSCRITO VOYNICH QUE NI LA CIA HA PODIDO DESCIFRAR

El manuscrito de Voynich es un documento medieval elaborado en una escritura y lengua desconocida. Por más de cien años la gente ha intentado romper el código sin éxito alguno. La impresión total dada por las hojas del manuscrito sugiere que fue redactado para servir como farmacopea o para tratar asuntos en medicina moderna medieval o temprana. Sin embargo, los detalles desconcertantes de las ilustraciones han alimentado muchas teorías sobre los orígenes del libro, el contenido de su texto, y el propósito para el cual fue pensado. El documento contiene las ilustraciones que sugieren que el libro contiene seis capítulos: herbario, astronómico, biológico, cosmológico, farmacéutico, y recetas. Hace siglos que los eruditos tratan de descifrar los secretos de un antiguo libro, conocido como «manuscrito Voynich». Según creyeron algunos de los que lo han estudiado, anticipa muchos de los descubrimientos de la ciencia moderna. Desde 1912, año en que fue adquirido por el especialista en libros antiguos Wilfred M. Voynich , los expertos han utilizado, sin éxito, los métodos de la criptología moderna para tratar de revelar sus secretos. A finales de 1912 un vendedor de libros antiguos de Nueva York llamado Wilfred M. Voynich volvió a su ciudad natal de una visita a Europa con un pequeño manuscrito, cuidadosamente empaquetado. Tenía gruesas tapas de pergamino, separadas, debido al uso, de las 204 hojas de pergamino delgado de que constaba el manuscrito; Voynich calculaba que, originalmente, tenía 28 páginas más, que se habían perdido. Su formato era de cuarto grande, ya que medía unos 15 por 22 cm y el texto, escrito en caracteres apretados y con tinta negra, iba ilustrado con más de 400 pequeños dibujos en rojo sangre, azul, amarillo, marrón y verde brillante. Las ilustraciones mostraban curiosos arabescos y tubos que parecían intestinos, figuras femeninas desnudas, estrellas y constelaciones y cientos de plantas de extraño aspecto. El pergamino, la caligrafía y la historia conocida del manuscrito indicaban a Voynich que era de origen medieval, y la abundancia de especímenes vegetales sugería que podía tratarse de un herbario, un libro de texto mitad científico, mitad mágico, que describía las cualidades místicas y médicas de las plantas y su preparación. Pero esto era una simple conjetura, ya que estaba escrito en un lenguaje que Voynich no pudo identificar; aunque el texto podía ser descompuesto en «palabras», cuyas letras eran familiares a medias, no tenían sentido. Voynich sólo pudo suponer que estaban escritas en un idioma poco conocido, en un dialecto o en un código. ¿Magia negra? Una de las intrincadas y extraordinariamente confusas páginas del manuscrito Voynich. La abundancia de dibujos vegetales sugiere que podría tratarse de un herbario, pero muchos de los especímenes de plantas y arbustos resultaron ser inventados. Aunque Voynich no era criptólogo, tenía, indirectamente, algunas nociones de simbología. Su suegro había sido el profesor George Boole, el matemático inglés que fue uno de los primeros en usar símbolos matemáticos para expresar procesos lógicos: fue elegido miembro de la Royal Society por sus trabajos sobre la moderna lógica simbólica. Voynich también sabía que existían convincentes pruebas circunstanciales que sugerían que el autor de la extraña obra por él adquirida era Roger Bacon, monje franciscano del siglo XIII que había combinado sus estudios de filosofía, matemáticas y física experimental con la alquimia. Quizá Bacon había logrado inventar, 600 años antes que Boole, un sistema de lógica simbólica, o quizá simplemente había elaborado un código para camuflar sus investigaciones en torno a la piedra filosofal y el elixir de la vida, eludiendo así la acusación de practicar la magia negra, acusación que en la Edad Media solía tener fatales consecuencias. Mientras daba vueltas a todas esas posibilidades, Voynich se dirigió al mundo académico buscando una solución; hizo hacer docenas de copias del documento y se las envió a todos los especialistas que pudieran colaborar con él. Con cada copia, envió un resumen de lo que él sabía del manuscrito. Lo había comprado, pagando una cantidad no revelada, a principios de 1912, tras haberlo hallado en la biblioteca del Colegio Mondragone de los jesuitas, en Frascati (Italia). Antes de llegar allí, el manuscrito había permanecido custodiado durante 250 años en el Collegium Romanum de los jesuitas; había sido depositado allí por un célebre erudito y criptólogo jesuita del siglo XVII, llamado Athanasius Kircher, quien había intentado, sin éxito, descifrarlo. Según una carta fechada el 19 de agosto de 1666, Kircher había recibido el libro de manos de su antiguo alumno Joannes Marcus Marci, rector de la Universidad de Praga; el libro había formado parte de la biblioteca del Sacro Emperador Romano Rodolfo II, hasta su muerte en 1612. A todos los efectos, Rodolfo había cedido el gobierno de sus reinos de Hungría, Austria, Bohemia y Moravia a los jesuitas, prefiriendo dedicar su tiempo a patrocinar las ciencias y pseudociencias. Las que más le interesaban eran la botánica y la astronomía; creó un complejo jardín botánico y construyó un observatorio en Benatky, cerca de Praga, para el astrónomo danés exiliado Tycho Brahe. (El que era por entonces su ayudante, Johannes Kepler, bautizaría después sus Tablas rudolfinas en honor a su antiguo protector.)

Esta ilustración, que parece representar a un grupo de mujeres bañándose en tinta verde, es típica de los misteriosos dibujos del manuscrito. También podemos observar un ejemplo de la caligrafía del manuscrito. Pero los intereses más personales de Rodolfo se orientaban hacia la alquimia, y empleó mucho tiempo y mucho dinero en la instalación de un laboratorio alquímico al que invitó a alquimistas de toda Europa. Uno de ellos, Johannes de Tepenecz, firmó su nombre en un margen del manuscrito Voynich, según se descubrió posteriormente. Otro alquimista más famoso era el inglés John Dee, quien entre 1584 y 1588 vivió en la corte de Rodolfo como agente secreto de la reina Isabel I. Es posible que fuera Dee quien trasladara el manuscrito a Praga.

Dee, que había sobrevivido al encarcelamiento en tiempos de la reina María Tudor, en 1555, acusado de brujería, se transformó en favorito de su media hermana Isabel. Los experimentos necrománticos que realizó con su ayudante Edward Kelley suenan a superchería, pero poseía un profundo conocimiento de la teoría y de la práctica alquímicas, así como de astrología, astronomía, matemáticas, geografía y navegación celeste (una de sus obsesiones era hallar el pasaje noroeste hacia la India); pero sobre todo era un espía de capa y espada. Intentó la creación de claves secretas y estudió las que ya existían, en beneficio de su jefe, lord Burghley. Dee también admiraba mucho los trabajos de Roger Bacon, y coleccionó muchos de sus manuscritos. Tenía numerosos puntos en común con el monje franciscano; ambos se interesaban, por ejemplo, por las escrituras secretas. En cualquier caso, parece que fue el doctor Dee quien regaló a Rodolfo II el manuscrito de Voynich, diciéndole que era obra de Bacon. Sir Thomas Browne afirmaba que Arthur Dee, hijo del doctor Dee, le había hablado de un «libro que sólo contenía jeroglíficos, en cuyo libro su padre había ocupado mucho tiempo, pero no me dijo que lo hubiera descifrado».

Éstos son, entonces, los antecedentes del problema que Voynich planteó al mundo académico en 1912, problema que provocaría angustia en muchos círculos intelectuales de Europa y América, ya que, aunque los grupos de letras y «palabras» que allí aparecían daban la impresión de ser tan sencillos «como el nombre de un viejo amigo cuando lo tienes en la punta de la lengua» –como dijo un escritor– en realidad no lo eran.

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The Voynich Manuscript by Pixelate

leyenda de la planchada

La leyenda de la planchada es probablemente una de las más populares de México. En ella narran la historia de una enfermera fantasmal que vaga por los pasillos del hospital y atiende a los enfermos que necesitan ayuda médica… Cuentan que cierto día, una chica llamada Eulalia entró a formar parte del personal de enfermería en el hospital. Era una chica de buena presencia, con cabellos rubios, ojos claros y facciones finas, con una actitud amable y educada aunque revestida por un ligero aire de seriedad. Desde sus primeros días en la institución médica, Eulalia demostró gran profesionalismo y diligencia, mostrándose siempre solicita con el personal médico y con los pobres enfermos, hacia los cuales profesaba una dedicación que a veces iba más allá del mero deber. Por otra parte, Eulalia siempre estaba muy limpia y arreglada, con el uniforme blanco perfectamente planchado e impoluto, exento de la más mínima mancha o arruga. Como era de esperarse, Eulalia se granjeó rápidamente el aprecio de los médicos, a la par que, gracias a su natural simpatía, logró verse libre de inspirar envidia en sus compañeras y compañeros de enfermería. Por otra parte, la vida de Eulalia era realmente tranquila, sana y sencilla, ya que todo su tiempo se dividía entre las labores en el hospital y las atenciones hacia su pequeña pero estable y relativamente feliz familia, conformada por sus padres y sus dos hermanos menores, al menos en lo que respecta a su círculo más cercano. Por ello, los días habituales de Eulalia consistían en trabajar en el hospital, llegar a casa con una sonrisa, comer con todos, dormir un rato, despertar y pasar sus horas siguientes en tareas domésticas que compartía con su madre, en jugar con sus hermanos o en la lectura. Sin embargo, un día todo cambió… En efecto, cierta mañana el director del hospital convocó al personal para presentar al nuevo médico que acababa de llegar: el Dr. Joaquín, un tipo inteligente, guapo y alto, venido “de buena familia”, pero con un cierto aire de arrogancia. Todas las demás enfermeras y casi todos los enfermeros fueron, pero Eulalia se quedó atendiendo a un paciente. Pasados unos cuantos días, Eulalia todavía no había cruzado palabra alguna con el Dr. Joaquín, y apenas lo había visto de lejos, aunque a sus oídos ya habían llegado los rumores que lo retrataban como un tipo orgulloso, como uno de esos hombres que miran a casi todos “por encima del hombro”. Eso hacía que ella no tuviera muchos deseos de conocerlo, pero un día la convocaron para que lo ayudase con la extracción de una bala en la pierna de un paciente… Pese a los rumores, cuentan que Eulalia quedó prendada del Dr. Joaquín cuando lo vio de cerca, al punto de que sus manos temblaban ligeramente cuando le pasaba los instrumentos, llegando incluso a equivocarse en lo que respecta a entregar el instrumento correcto… Después de ese primer encuentro, Eulalia empezó a enamorarse apasionadamente del Dr. Joaquín, a pesar de que le decían que no le convenía, que el tipo era un egocéntrico y que coqueteaba con una y otra enfermera. No obstante ella siguió en su afán, diciéndose que sus compañeras estaban exagerando o simplemente justificando a Joaquín cuando no podía dudar de tales o cuales críticas que sobre él se cernían. De ese modo, pasados algunos meses ella consiguió su propósito y el Dr. Joaquín cedió a sus encantos, aceptando ser su novio. Durante un largo tiempo Eulalia se sentía la criatura más dichosa del mundo, y su pasión crecía como un incendio a pesar de que Joaquín no parecía amarla con la misma intensidad e incluso, según las malas lenguas, coqueteaba con otras chicas a espaldas de ella. Tras poco más de un año de noviazgo, Eulalia se sorprendió cuando cierto día Joaquín le propuso matrimonio, a lo cual ella accedió con el cándido entusiasmo de una quinceañera enamorada. Sin embargo era necesario esperar para la boda, ya que antes Joaquín debía irse a un seminario de 15 días en otra ciudad.

Antes de irse él le pidió que le planchara y preparara un fino traje, ya que debía estar impecable y elegante en el seminario. Entonces ella aceptó y, justo un día antes del viaje, él fue a recoger el traje y a visitarla, hablando tendidamente con ella y despidiéndose entre abrazos, besos y promesas de amor eterno… Tan solo una semana tras la partida de Joaquín, Eulalia ya lo extrañaba como si hubiese estado ausente varios meses, por lo que a veces adoptaba una actitud de melancólica nostalgia. Paralelamente, justo después de una semana cumplida desde el último día en que vio a Joaquín, un enfermero la abordó cuando estaba sola, le declaró su amor y le pidió que por favor lo acompañara a una fiesta como su pareja de baile, pero ella se negó y le dijo que si acaso no recordaba que el Dr. Joaquín y ella tenían una relación… Asombrado y algo herido, el enfermero la miró y le dijo que no entendía cómo es que nadie le había contado que Joaquín renunció en el hospital y se fue a un viaje de luna de miel con su nueva esposa… Las palabras del enfermero habían dejado completamente helada a Eulalia, con esa mezcla de dolor y consternación que alguien siente cuando inesperadamente le informan que su madre o alguien muy querido ha muerto, aunque con la enorme y gran diferencia de que en la mirada de Eulalia latía la decepción. Por eso ella no acertó a decir nada, y solo agachó la cabeza y se fue, caminando con la leve esperanza de que aquello fuese un invento del enfermero para salir con ella. Pero a la mañana siguiente fue y averiguó en los registros, y efectivamente Joaquín había renunciado, por lo cual era lógico asumir que lo de la luna de miel era también cierto, tal y como decían muchas más personas además del enfermero… Desde su decepción amorosa, Eulalia jamás volvió a ser la misma. Nunca había tenido un novio antes, y solo le había gustado uno que otro chico durante su adolescencia, siendo con Joaquín con quien supo lo que realmente era el amor. Sentía que su corazón era un jarrón despedazado sobre el árido suelo de la vida, y al parecer ni ella misma quiso recoger los pedazos y recomponerlo, ya que permitió que la amargura fuera apoderándose progresivamente de ella, hasta convertirla en un ser frío, silencioso y sombrío, en una mujer que no volvió a vincularse a ningún hombre porque se abandonó a la idea de que todos “eran iguales”, y en una enfermera que realizaba su trabajo con el alma empolvada por el tedio y el desgano, descuidando a los enfermos hasta el punto de que algunos murieron por sus negligencias al olvidarse darles la medicación, a pesar de ello no fue despedida porque, sus compañeros y superiores la apreciaban y pensaban que tarde o temprano volvería a ser la chica trabajadora y dedicada a los pacientes que siempre había sido. Pasaron así los años y un día la enfermedad cayó sobre ella, transformándola en una paciente más del hospital donde por décadas fue indiferente hacia el malestar de los enfermos que tan mal atendía. Ella era la abandonada ahora. Sin embargo, en lo profundo de su soledad, la reflexión le ablandó el corazón y, antes de morir, se arrepintió de haber sido tan mal enfermera, falleciendo sin poder perdonarse a sí misma, y con el anhelo de enmendar de alguna forma sus errores pasados… Tras la muerte de Eulalia, en el hospital comenzaron a surgir testimonios de gente que era atendida por una amable enfermera que no parecía pertenecer al personal del hospital. Una chica joven con la ropa impecable, perfectamente planchada, tal y como la llevaba Eulalia en vida. Normalmente los testimonios eran confusos porque solía atender a los enfermos cuando dormían, se encontraban sedados o estaban muy graves. En cierta ocasión, una de las enfermeras que trabajaban de noche se quedó dormida en su turno. Su negligencia le podría haber costado la vida a un paciente que necesitaba una importante medicación para tratar una fuerte infección que hacía peligrar su vida. El hombre, semiinconsciente, observó como una enfermera, a la cual no pudo reconocer porque tenía el rostro ligeramente borroso y como desdibujado, le suministró el antibiótico necesario y, mientras lo arropaba, le dedicó una caricia en el pelo. Un par de horas después, la enfermera que se había dormido en su turno se despertó sobresaltada y, acordándose de lo importante que era suministrarle la medicación al señor, salió corriendo hacia su habitación, temiéndose lo peor. Al llegar allí se encontró que, el goteo que mezclaba el antibiótico con el suero, estaba perfectamente colocado y la dosis era la correcta. Aún asustada, le preguntó al paciente quién le había puesto la medicación. La respuesta la dejó helada: “Su compañera rubia, la que tiene la bata sin una sola arruga”. Ésta fue una de las cientos de veces que “La Planchada” atendió a alguien que necesitaba la ayuda médica o que había sido descuidado por las otras enfermeras. Pocos son los que la recuerdan, ya que siempre atiende a personas graves o cuando están medio dormidas; ninguno puede recordar su rostro con claridad, ya que, casi siempre que se ha dejado ver, lo ha hecho con su cara ladeada o de espaldas. Pero todos los testimonios concuerdan en lo mismo, en lo impoluto de su aspecto y en la perfecta forma en la que están planchadas sus ropas, así como en lo cordial y profesional de su trato. Algunos, de entre el personal del hospital, también dicen haberla visto durante escasas fracciones de segundo entrar o salir de la habitación de un paciente e incluso haber sido despertados por el espíritu de Eulalia cuando dormían en sus turnos, tocándoles el hombro, y comprobando al despertar que estaban solos y que los pasillos del hospital estaban desiertos. Aunque nunca la vieron como una amenaza, ya que ayudaba a los enfermos cuando estos eran descuidados, cosa que se sabía gracias a los múltiples testimonios de pacientes que afirmaban haber recibido tal o cual medicación en ausencia de personal médico. NOTA: Según varias fuentes esta leyenda es originaria de México, específicamente del hospital de Juárez, pero se cuenta que la planchada ha aparecido en otros hospitales e incluso hay historias similares en otros países. Esta podría denominarse la versión “moderna” de la leyenda que se hizo enormemente popular en el siglo XX en México. Pero existe una versión anterior surgida a raíz de la Guerra de Intervención Estadounidense que enfrentó a Estados Unidos y México, durante dicha guerra perecieron cerca de 25.000 soldados mexicanos, y en los hospitales de campaña las condiciones de trabajo del personal sanitario eran tan duras que era frecuente que las enfermeras se quedaran dormidas en sus interminables turnos. Al despertar, muchas de ellas, acudían rápidamente a seguir atendiendo pacientes y se encontraban que ya habían sido limpiadas sus heridas o suministrada la medicación que precisaban. Al preguntarles quien les había atendido siempre daban la descripción de una mujer rubia con cabello corto y rostro serio, que no correspondía con el aspecto de ninguna de las enfermeras que trabajan en el hospital. Los pocos que trataron de seguirla se llevaron la sorpresa de que parecía esfumarse al doblar una esquina

MI AMIGO EL DUENDE.

cuando yo tenia como 7 años de edad vivia en una casa que tenia un patio grande 
en la cual habia un monton de arena a donde yo jugaba todos los dias
y estaba rodeada por una barda perimetral construida de tabiques .siempre jugaba solo
ya que fui el unico niño de la familia entre 5 niñas mas,y ellas se la pasaban jugando
entre ellas.un dia de la nada me aparecio un amigo era un niño de tez muy morena,desnudo
con el cual jugue durante semanas,




 no era imaginario era real de carne y hueso.Cuando

me decia que tenia que irse se desaparecia en las paredes del muro. ,no la saltaba…
algunas veces me ofrecia dulces o refrescos y de la nada, tenia refrescos y dulces.
yo como era niño lo veia como otro niño nunca me dio miedo…cierto dia comenzamos a
discutir por algo que no recuerdo eran como las 12 del dia.En eso me enojo y le lanzo 
arena a la cara el me respondio con 2 patadas y un tiron de cabello.

comenze allorar y a pedir auxilio a mi hermana seis años mayor que yo ella salio 
corriendo al patio, vio al niño agarro una escoba que estaba en la puerta…
el duende salio corriendo y se desvanecio en las paredes…mi hermana casi se orina
del miedo…
nunca mas lo volvi a ver de niño hasta que un dia lo via acompañado de otro igual a el
esto fue cuando era novio de mi esposa y tambien ella los vio…pero es ya es otra historia 
que luego les contare…
ESTA HISTORIA ES REAL Y ME SUCEDIO A MI.
CUALQUIER PARECIDO CON ALGUN OTRO RELATO ES  PURA COINCIDENCIA.